De eso va mi puente, de puentes…repetitivo, sí, tenéis toda la razón.
Puente del Pilar. Carretera llena de coches con el típico trajecito colgado del asidor de la ventanilla. Paros, retenciones, más de una hora de trayecto cantando a voz en grito para no oir la tos insistente de la pequeñita y evitar ponerme nerviosa.
Puente sobre el Tajo en Talavera. Conversaciones, risas, familia. Paseo por mi lugar favorito de la ciudad de la cerámica, muchos turistas, recuerdos, historias lanzadas al agua, aunque yo se que no se van a ir con la corriente, porque alguien se las queda y me sonríe. Cuánto tiempo hace, y que poquito ha mejorado mi desconsuelo.
Y puente el que me ha hecho mi niña mayor, saltándome para irse con su otra familia a disfrutar de la libertad rural.
Siguiendo el juego de la oca, de puente a puente, y sigo porque me lleva la corriente.
Os leo!