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Diálogo Radioterapia

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Diálogo Radioterapia

Bienvenidos de nuevo.

Os dejo el enlace al blog de la Fundación Mas que Ideas, donde han recogido las conclusiones de la jornada “Radioterapia y cáncer, ¿cómo mejorar mi calidad de vida? Diálogo entre pacientes y profesionales.

Espero que aprendáis tanto como aprendí yo.

Os leo!!

http://fundacionmasqueideas.org/10-cuestiones-clave-sobre-la-radioterapia/

¿ Hablamos de radioterapia ?

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¿ Hablamos de radioterapia ?

19 de Marzo de 2008

Día 25 de RT. Día del padre. Acabo de hablar con el mío para felicitarle. Y con Jaime, que, como se llama Jose Jaime, también es su santo.

Ayer no me hicieron placas ni me vió la enfermera, sólo la doctora. Y es porque hoy es la última sesión. Las cinco restantes son un «bono regalo», porque se está demostrando que dando alguna más en los puntos de incidencia, donde estaban los tumores, es muy efectivo, así que la semana que viene los movimientos de la máquina serán distintos…¡ahora que ya me los tengo aprendidos!

Empieza en el izquierdo, pasa al derecho, por debajo, y luego continúa sobre la cicatriz del pecho. Pasa al izquierdo, por debajo, y luego sobre la cicatriz un poquito más. Y, cuando acaba el ruido, se oyen pasos y las voces de la técnico: Baja los brazos, Este!! Y una más….

¿No he contado nunca cómo es una sesión, verdad? Pues antes de lo que acabo de describir, te sientas en la sala de espera, donde hay una auxiliar muy agradable (que guapa vienes hoy de verde 😉 Se abre la puerta de sensor y te llaman. Entras a una sala donde hay 4 habitáculos (dos con wc y dos sólo con silla y percha). Ahí te cambias. Previamente, coges una bata de la estantería. Y esperas a que te llamen, aunque hay veces que, como no lo oyes, esperas a que venga a cambiarse el que está delante de tí.

Pasas dentro, te quitas la bata, comentas algo y te tumbas boca arriba, con los brazos hacia arriba, agarrados a un soporte para que no se te cansen. No todo el mundo tiene esa postura. En mi caso es por ser bilateral y tener que radiarme los dos pechos.

Todos los días es la misma rutina, excepto los martes, que previamente sale la pantalla de placas de la máquina. Un martes sin moverme, y el otro martes moviéndome hacia un lateral (o borde) u otro de la máquina.

Cuando suena el: «baja los brazos» te vuelves a poner la batita, y a cambiarte. Si no es martes, directamente te puedes ir. Y, si lo es, esperas en la sala a que te llamen las enfermeras, Norma y Charo. Te pesan, te miran cómo va el pecho, te miden el brazo por tres sitios: muñeca, antebrazo y brazo, y te puedes ir. Suelen darte algún consejo, como el tema de la ropa interior de algodón 100% que yo agradezco, porque cualquier sujetador ahora me molesta.

Cuando sales de la consulta de enfermería, esperas otro ratín (casi nunca pasa del par de minutos, porque la enfermera pasa tu historial a la doctora) y te llama la doctora. En su consulta, ella revisa las placas (siempre me dice que yo tengo mucho lío con tanta placa) y también me revisa el pecho. .-¡ Estás empírica!- Y con un :»¿ya está?» de mi parte, termina la consulta.

Ahora sí, ya puedes irte a casa.

Madre mía, cuántos recuerdos galopando desbocados! Siete años ha hecho ya de aquellos trayectos en tren al Clínico para darme las sesiones de radioterapia, donde, sin saberlo, empezaba mi etapa de bloguera, contando día a día los recuerdos más recientes para no olvidarlos.

He buscado mi cuaderno de recuerdos porque el próximo día 30 de septiembre, a partir de las 17:30, tengo el honor de volver a colaborar con la Fundación Más que Ideas en unas jornadas sobre radioterapia en el Círculo de Bellas Artes (invitados estáis, por supuesto), y necesitaba volver a releer cómo me sentía durante mi propio tratamiento, esas 33 sesiones que recuerdo fáciles, comparadas con la quimio.

radioAquí podéis ver toda la información por si os apetece venir. Sólo por compartir horas con un equipo tan vivo como el de la Fundación Más que Ideas, ver la sonrisa de Paula de Nodramapausia y aprender con el equipo médico y de enfermería de la MD Anderson (sí, sí, los de Houston) merece la pena.

Me despido hoy con una sonrisa para todo el equipo de Radioterapia del Hospital Clínico San Carlos por lo bien que me hicieron sentir, por lo fácil que fue entender el tratamiento, por sus cuidados y sus mimos y, sobre todo, por trabajar al 100% por y para el paciente.

Como siempre, os leo!!

Teléfono rojo

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Son las 9:00 de la mañana. Suena el teléfono. Una centralita de muuuuchos números que tu experiencia dice que es un hospital.

Tengo tantos frentes abiertos que no puedo saber de cuál, pero esa milésima de segundo antes de cogerlo hace que se pare el tiempo, que mi cabeza empiece a ser negativa, que respire hondo y me atreva a descolgar.

telefono rojo

 Os pongo en antecedentes. Debido a mi tos de señor mayor, la Dra. Córdoba, responsable de mis 33 sesiones de radioterapia, y un encanto, que todo hay que decirlo, en la revisión anual decide que para evitar dudas, hay que hacer analítica y placa para descartar males mayores. Y hoy debía ir a consulta para recogerlos.

Pues bien. Cuando ha sonado el teléfono a primera hora, vestida y cogiendo ya las llaves del coche camino al hospital, no exagero si os cuento que me he tenido que agarrar al lavabo porque me han temblado las canillas. 

El ser humano, por norma, por lo menos los seres humanos que tengo cerca, algo vapuleados por las malas noticias, no podemos pensar bien a la primera. Lo que se traduce en contestar el teléfono pensando que te llaman para darte un susto, para prepararte a recibir otro golpe más. Pero hoy no.

La dulce voz de la doctora ha sonado a coros celestiales. Que no vengas, que todo está correcto y es tontería que te hagas un viaje tan largo para nada.

Uffff.

Uffff.

Uffff.

Lo primero que he pensado es el encanto de médicos/as que me rodean. Molestarse en pensar que vivo lejos, molestarse en pensar en mi, en mi tiempo… No tengo palabras.

Y después, la sonrisa de oreja a oreja, me ha faltado bailotear. No os imagináis el respiro. Respiro compartido por mi «ocupa» favorita.

Con las mismas, llaves de coche en la mano y camino al trabajo. Cual enanito cantando de ruta a la mina. La música más alta de lo normal, y mis cánticos quizá también.

En resumidas cuentas, que hoy estoy más feliz de lo habitual, que es un gran día, que tengo que celebrarlo y que estoy muy agradecida a la Sanidad Pública, a sus trabajadores, y a mi estrella particular, que ha debido trabajar muy duro estos últimos 4 días para que todo esté en orden.

Os dejo. Feliz puente a los que lo disfrutéis, feliz fin de semana al resto.

Os leo!!