Hoy hace justo dos semanas de mi intervención. El cambio es espectacular, casi casi no duele ya ninguna postura cotidiana, el dolor punzante ha desaparecido, levantarme de la cama no supone ya la sensación de rasgar la carne que sentía.
Sí, ha sido doloroso, pero la verdad es que se ha soportado bien. Venía muy preparada, avisada y predispuesta, pero el dolor es imprevisible e incalculable, y nunca se está lo suficientemente preparado. Pero, tras cuatro días tensos, dolorosos y tiesos en postura y movimientos, el dolor ha ido cediendo, los analgésicos ya no son necesarios, y ya paseo casi estirada del todo, sin necesidad de ir sujetando las lolas como si fueran a explotarme en medio del pasillo.
He llevado cuatro drenajes, uno en cada pecho y uno a cada lado de la espalda, de los que conservo dos, los del pecho ya no están. Se nota el alivio, pero llevar todavía uno a cada lado me limita sobre todo a la hora de dormir.
Por todo eso, PACIENCIA es la palabra más escuchada por la 4-22. Se me han quedado pequeños los pasillos, y, para colmo, la ola de calor ha reducido considerablemente mis visitas a las terrazas. Menos mal que la lectura me sumerje durante horas en el camino del rey, y las risas con la compañera hacen más agradable la estancia.
Un saludo y mil gracias a todos. Se que estáis ahí, aunque la cobertura del ala sur deje mucho que desear y no os lo pueda decir en persona.
Os leo!