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Grito de alegría (por fin)

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Que nada ni nadie me estropee este momento. Dulce, bonito, con buenas noticias.

Que nada ni nadie me diga que el bicho no está controlado, que va todo bien, que las revisiones siguen pasando con nota, que mi salud mental progresa adecuadamente, que mi túnel carpiano tiene fácil arreglo. Que en casa entren medicinas para la alergia o los catarros, nada que dure más de algunos días.

Que nada ni nadie me niegue que lo estoy haciendo muy bien con mis cachorras, que la mayor tiene en sus dedos superar con éxito un año de muchos cambios, y la pequeña consigue anteponer sus bailes a sus líos en esa cabecita demasiado llena de cosas de adultos.

Que nada ni nadie se atreva a cuestionar que mi neurona ha despertado más potente que nunca, que cualquier examen que se ponga bajo mi boli soy capaz de superarlo, que da igual el idioma o las cifras, que puedo porque quiero y porque me lo debo.

Que nada ni nadie venga a sacarme de mi mundo confortable, que huele a limpio, ordenado, pacífico, lleno de familia que me quiere, de amigos que me quieren, de gente que me valora, me aprecia, y me devuelve un poquito de lo que llevo sembrado.

Quizá parezca altanería, pero no es más que orgullo. Han sido unos años extremadamente duros que ya merecían un poquito de compensación. No pido mucho más, estoy feliz en mi mundo estable, de rutinas, de falta de aventuras o imprevistos. Me encuentro bien, me ven bien, mi reflejo es, más que nunca, mío. Y endulzarme los oídos con todo esto que os cuento ha sido el detonante de mi grito de alegría.

Mi salud mental está en tan buen momento que me han dado el alta (en salud mental nunca es definitivo, pero para mí es un avance gigante), y mi doctora me regaló muchos piropos que, por una vez, acepto con muchas ganas, porque tengo que quererme más, tengo que creérmelo más, y me lo merezco. Chimpúm 😉

Y vosotras/os ya estáis haciendo lo mismo. Arriba esa autoestima, cualquier pozo negro tiene al final una salida, y os aseguro que, cuando la encontréis, no vais a parar de sonreír.

¡Os leo!

 

 


Now in english. 

Let nothing or nobody spoil this moment. Sweet, pretty, with good news.

Let nothing and nobody tell me that “the bug” is not controlled, that everything is fine, that the revisions continue to pass with a good note, that my mental health progresses properly, that my carpal tunnel is easily fixed. That at home medicines for allergies or colds, anything that lasts more than a few days.

That nothing and no one denies me that I am doing very well with my puppies, that the older one has in her fingers to successfully overcome a year of many changes, and the little one manages to put her funky dances before her messes in that little head too full of things of adults.

That nothing and nobody dares to question that my neuron has awakened more powerful than ever, that any test that is put under my pen I am able to overcome it, that it does not matter the language or the numbers, that I can because I want and because I owe it to me .

Nothing and nobody comes to take me out of my comfortable world, that smells clean, orderly, peaceful, full of family that loves me, of friends who love me, of people who value me, appreciate me, and give me back a little bit of what that I have planted.

Maybe it looks like arrogance, but it’s just pride. They have been extremely hard years that already deserved a little compensation. I do not ask for much more, I am happy in my stable world, of routines, lack of adventures or unforeseen events. I feel good, they see me well, my reflection is, more than ever, mine. And sweeten my ears with all this that I tell you has been the trigger of my cry of joy.

My mental health is in such a good moment that I have been discharged (in mental health it is never definitive, but for me it is a giant advance), and my doctor gave me many compliments that, for once, I accept with great enthusiasm, because I have to love myself more, I have to believe it more, and I deserve it. Chimpúm 😉

And you are already doing the same. Above that self-esteem, any black hole has an exit at the end, and I assure you, when you find it, you will not stop smiling.

I read you!

SORRY FOR THE MISTAKES. MY ENGLISH IS STILL NOT VERY GOOD, SO I USE A TRASLATOR

 

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Recordando: mamá al 30%

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Recordando: mamá al 30%

Feliz año nuevo, feliz comienzo de objetivos anuales, feliz vuelta al gimnasio, feliz vuelta a tratamientos y rutinas médicas, pero, sobre todo, feliz. Así, sin más. Ese ha sido mi brindis de este año, poder llegar a la nochevieja del 2018 siendo FELIZ. Y conmigo, vosotros. ¿Firmamos pacto?

He decidido empezar el año bloguero volviendo atrás en el tiempo. Muchos de vosotros os habéis “enganchado” a Adiós Lolas Adiós hace poquito, y, para bien o para mal, llevo desnudando mi alma aquí desde el 2011. Por ellos, para los que no empezaron desde el principio, voy a ir rememorando post que, por alguna razón, están marcados en negrita en mi historia: por ser muy muy personales, por haber despertado sentimientos, por tener chispa, por tener repercusión. Fundamentalmente, porque para mí han sido especiales y quiero volver a compartirlos con vosotros.

Comienzo con “Mamá al 30%“, publicada el 30 de Agosto del 2011, tan sólo una semana después de quitarme el pecho. Carlota todavía no tenía 1 año, había empezado a caminar y yo me sentía fatal por no poder cuidarla como se merecía. Y Berta tenía 10 recién cumplidos, comenzaba quinto y estaba en uno de esos momentos egoístas y egocéntricos que tienen los enanos. Con el paso del tiempo, estos 6 años me han enseñado que no lo hice tan mal, Carlota habla de la enfermedad con total naturalidad. Para ella todas las mujeres con pañuelo o calvas tienen “cáncer de mamá”, con acento, no cáncer de mama 😉 . Por supuesto, no recuerda mis lágrimas, y su hermana mayor tampoco.

De nuevo el desahogo, que se va haciendo necesario. Hoy primera visita a enfermería, todo va bien, tengo algo de líquido linfático bajo la axila izquierda, para lo que tengo que hacer unos ejercicios tres veces al día, y a partir del lunes, si todo va como hasta ahora, me empiezan a quitar grapas.

Las lolitas son un poco molestas, ayer me las quité en medio de la calle, ¡que liberación!. Si eres mayor de 15 y del género femenino, me entenderás. Es como cuando te aprieta un sujetador durante toda la noche y llegas a casa, desabrochas el corchete, y…..ooohhh, que placer!! ¡Pues lo mismo!!

Las grapas tiran de mala manera, casi no puedo levantar los brazos mas allá del nivel del codo, no encuentro la postura en la cama para dormir, me duele la espalda de la tensión, pero lo peor es que todo eso tiene solución farmacológica, pero el no poder coger a mi pequeña en brazos cuando me reclama, el no poder abrazar hasta la asfixia a la mayor como nos gusta hacer, eso no tiene más solución que el tiempo, y nunca me he caracterizado por ser precisamente paciente. ¡No podía ser perfecta!!

Por eso, en unos días, no voy a tener la sonrisa completa, entendedme. Por más que estiro los labios no lo consigo, pero se que con media sonrisa también soy mona, ¿a que sí??

Os leo!!

Si estás pasando por un momento parecido, con mi experiencia pasada, sólo te digo que lo estás haciendo muy muy bien. Ellos no van a recordar todas esas tardes en las que no puedes moverte, todos los ratos en los que has necesitado que familia y amigos pasen los días con ellos. Van a recordar tus pañuelos, las duchas pintando tu calva, y muy poco más, créeme. Preocúpate tan sólo por superarlo, porque ellos lo que necesitan es a su mamá, aunque sea haciendo de mayores y cuidándote ellos a tí tirados en la cama.

Espero no aburriros mucho con esta vuelta atrás. Para mí, en este momento, está siendo una terapia estupenda.

¡Os leo!

La suerte está echada

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La suerte está echada

Analítica semestral hecha. Ya no hay vuelta atrás.

Mi ánimo actual me está haciendo llevar mucho peor esta revisión, imagino que si pasas por ellas me entenderás.

No se si es tu caso, pero casi temo más el día de la analítica que el día de la consulta. Si hay bicho, hoy le empiezan a ver, y ese pánico me acompañará los próximos diez días. Menos mal que mis niñas-terapia, mis amigas-terapia y mi familia-terapia harán que se pasen rápido. Si no, siempre estarán las terapias médicas, que también necesito y empiezo a usar de nuevo. Ya os lo conté cuando hablamos de salud mental.

Curiosamente, como todos los años desde hace 8, mis revisiones andan siempre cerca del día Mundial del Cáncer de Mama que se celebra el 19 de octubre. Y van dos años que, personalmente, lo celebro examinándome para encontrar un futuro europeo que todavía no llega, pero seguiré intentado sin descanso. Se nos llenarán los ojos de famosas en campañas rosas, de celebraciones aquí y allá, de espacios pequeñitos en los telediarios. No soy muy amiga del lazo rosa, pero sí de la divulgación, de dar a conocer, de prevenir, de historias de luchadoras que han pasado a ser supervivientes, de normalizar.

Celebremos que estamos vivas, que el cáncer de mama hoy en día tiene una superviviencia de más del 82% (datos de la AECC), que la investigación es el futuro de esta enfermedad, que cualquier aportación cuenta….

Hay mil campañas para que aportes, para que pienses, para que revises tu cuerpo. Yo te dejo el enlace a un artículo del 2014 que recopila 10 de estas acciones que, por lo menos a mí, me han encantado. PINCHA AQUÍ

Os dejo, como siempre, pidiendo. Esta vez, necesito vuestras sonrisas más grandes, o vuestras palabrás más positivas para empujarme hasta la puerta de oncología. Lo se, saldré con las mismas buenas noticias de siempre, y seréis los primeros en conocerlas.

Os leo!!

El cáncer y la salud mental

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El cáncer y la salud mental

Hace días que te observo y he contado con los dedos cuantas veces te has reído una mano me ha valido. Hace días que me fijo no sé que guardas ahí dentro a juzgar por lo que veo nada bueno, nada bueno. 

De qué tienes miedo a reir y a llorar luego  a romper el hielo  que recubre tu silencio. Suéltate ya y cuéntame que aquí estamos para eso pa’ lo bueno y pa’ lo malo llora ahora y ríe luego.

Jarabe de Palo. Grita.

He vuelto a psiquiatría para ver cómo iban las cosas tras retirar la medicación, y hemos vuelto a empezar. Mi primer pensamiento fue de fracaso. NO he podido superarlo. NO he sabido digerirlo después de siete años.

Psicológicamente estuve muy bien durante el tratamiento y los meses posteriores. Mi caída se produjo durante el quirófano de mi hermana, tres años después, cuando aquel tres de tres me asustó tanto que no vi más futuro que la muerte, así de sencillo. Mi pobre médico de familia me dijo que me temía, que sabía que el día que cayera iba a ser muy duro levantarme. Y así ha sido.

La muerte de mi padre, la recaída de mi otra hermana, los repetitivos quirófanos, las revisiones y el miedo han impedido dejar antes la medicación, aunque sí la fuimos bajando poco a poco. Mucho tiempo ya seguido con el mínimo me hizo pensar que podría dejar de depender de una pastillita, pero ha sido que no.

Melancolía, rabia, lágrimas, ansiedad…cualquiera de estos sentimientos pueden ser síntoma de que necesitas hablar. Un familiar, una amiga, un voluntario o un teléfono de alguna asociación especializada…hoy en día tenemos muchos recursos que nos pueden servir. Pero cuando ésto ya no es suficiente, PIDE AYUDA PROFESIONAL!!

Acabas de ser diagnosticada y no sabes ni cómo te sientes….PIDE AYUDA.

Has empezado el tratamiento y tienes miedo…PIDE AYUDA.

Has terminado los tratamientos y sientes un vacío que te supera…PIDE AYUDA.

Un amigo, familiar, conocido, está en cualquiera de éstas situaciones….PIDE AYUDA.

Somos super-women, podemos con todo, conseguimos compatibilizar nuestra vida de pareja, familiar, incluso laboral, con tratamientos, revisiones, consultas, pruebas médicas, y todo ésto con una sonrisa. Tenemos todo el derecho del mundo a ser humanas, caer, recaer, llorar y necesitar apoyo, incluído el de los antidepresivos.

Que no te avergüence reconocer que necesitas ayuda. A mí a veces me ha costado hablar de ello, pero estoy muy orgullosa de haberlo asumido y seguir hacia adelante. Todos los de mi alrededor lo agradecerán. Si me encuentro mejor, daré lo mejor.

Os dejo el enlace a algunas asociaciones (las que conozco) donde, de manera gratuita o por una pequeña aportación anual, tienen psicooncólogos esperando atenderte. Sólo tienes que pinchar sobre ellas y te dirigirán a la información.

AECC

gepac

asacoY como no, mi psicooncóloga favorita, Fátima Castaño, que, además, ha comenzado un nuevo proyecto.

qualitaMucho ánimo, y no lo dudes, si lo necesitas, grita. Yo seré la primera en oírte.

Os leo!!