Semana importante a nivel médico: por fin voy el jueves al plástico, con la ilusión de empezar a planear cómo serán mis nuevas lolas, y, lo más importante, cuándo las tendré, aunque sea aproximado. Me encanta pensar en poder elegir, es un premio no merecido, pero premio al fin y al cabo. Ya sabéis, vaso medio lleno.
Y he de confesar que estoy hasta nerviosa. Lo pienso y me pierdo (fácil con tanta medicación, eso también es verdad), pero anoche, por ejemplo, hubiera dado mi rancho por tener algo blandito donde Carlota hubiese podido apoyar su cabeza. Qué lástima, buscaba y buscaba, y en su investigación clavaba su cabecita en mis costillas, qué dolor, qué impotencia, y cuántas lágrimas silenciosas, más de rabia que de pinchazo. Así, ¿cómo no voy a parar el tiempo pensando en lolas grandes, perfectas y calentitas?
Pero…….(todo tiene un pero), estoy viviendo de lejos la vuelta a casa con expansores (superprima, que te quiero), y va a ser terrorífico no poder encargarme de ella. Revivir el verano anterior, otra vez mamá al 30%, os acordáis? (http://wp.me/p1MIFs-i) Aunque no voy a adelantarme a nada, primero y primordial, que llegue el jueves y me resuelvan todas las dudas, y, a partir de ahí, hablamos. Que me despisto!!
Todo lo demás, tranquilo, sin incidencias. Deseando que por fin venga la primavera, aunque a mi armario ya ha llegado para no volverse a ir. Que llueva, que llueva, pero mis zapatitos ya van sin medias hace días. Que me miren, que verán a una mujer feliz a contra corriente.
Feliz tarde. Os leo!!