Día del padre. Puff.
Este año duele la fecha. Ni llamada, ni visita sorpresa…no está. Y en su sofá de nubes estará moviendo la pierna nervioso por vernos llorar, deseando salir volando y darnos un abrazo.
Por otro lado, la ilusión de las enanas, una porque se va con su padre a celebrarlo, y la otra porque sí, porque todo es un motivo válido para montar una fiesta.
Literalmente, como en la canción, con el corazón partío ando. Y digo literalmente, porque me he levantado con un dolor en la cicatriz derecha considerable, temiendo que no es nada físico, son tres días recordando, aguantando lágrimas y suspirando.
Venga, unas horas más y habrá pasado. Disfrutadlo muchísimo los que tengáis con quien celebrarlo, y brindad por lo buenos que fueron los que, como yo, los tengáis brillando en vuestro cielo.
Felicidades, papá.