Puente de San José, por lo menos en Madrid. Lo cual ha significado que mis niñas se repartan, porque la mayor se ha ido a celebrarlo con el suyo y la peque se ha quedado en casa con nosotros.
Día raro, porque hoy no he felicitado a los Joses, y porque no tengo nada que celebrar.
Si me conocéis, ya sabréis que he cambiado muchos conceptos en mi vida. Y uno de ellos es que no voy a celebrar algo que me hace daño.
Yo ya no tengo a quien felicitar el 19 de marzo. Mis niñas sí, y que sea durante muchos años, pero solo las acompaño con la sonrisa forzada, pero no puedo acompañarlas con el corazón. Porque me duele el alma trasladarme a mi infancia y ver cómo le dábamos cada una su regalito, y volver la vista atrás y recordar unas cañas a las que llegué por sorpresa y llené esos ojazos de orgullo. Porque me inunda la rabia de saber que va a ser así ya para siempre.
Por eso estoy encantada de que el dia haya pasado, que mañana vuelvan los atascos y las prisas. Necesito un café de risas. O dos.
Feliz comienzo de semana. Os leo!!
Como te entiendo!!! y como bien dices «es para siempre…A mi me encanta ver la alegría de mi hija por su PADRE .. pero yo sigo sin conformarme con llevar año tras año las mismas flores al mismo sitio..pero no nos queda otra…
Seguiremos aprendiendo a vivir con ello aunque sepamos de antemano q vamos a seguir fracasado en el intento .(yo por lo menos).