Bienvenidos de nuevo. Lo primero de todo, pediros disculpas por el abandono, pero mis lolas y yo merecíamos un descanso.
Todo bien por ahí?? Espero y deseo que halláis pasado un renovador verano, capaz de empujar con los recuerdos cada vez que necesitéis impulso.
Por aquí todo bien, con poquitas novedades, aunque buenas.
Incorporación laboral: bien.
Incorporación colegial: también bien.
Médicos: entretenidos.
Después del susto con mi tos de señor mayor, aparece un bulto en mi mano derecha que consigue acelerarme los nervios. Tras consulta con oncología, nada que temer. Articulaciones que quieren destacar saliendo de su cauce normal.
Y ya llegó la esperada consulta con micropigmentación, siguiente y ultimo paso del proceso «tetil».
Esta vez en el Hospital Ramón y Cajal, una inmensa mole de malos recuerdos que suspiré junto a mi hermana, que ya se sabe que los tormentos juntas son un poco más llevaderos.
La enfermera encantadora, de las que a mí me gustan, dejando todo claro y hablando en mi idioma. En enero tengo entradas para exponer mi lienzo…hay que reconocer que estoy espesa esta mañana. Y eso que me he tomado mi relaxing cup of café con leche con la mejor compañía 😉
Para los que no sabemos bien lo que es la micropigmentación, he buscado una foto muy gráfica. Lo sé, parece un tatuaje. La diferencia es que la micro no penetra en capas tan profundas de la piel, porque nadie sabe lo que tenemos bajo tanta reconstrucción.
Y con todo esto os dejo por hoy.
Recordad que septiembre es el mes de los buenos propósitos. Meta a meta se hace mucho más divertida la aventura de vivir.
Os leo!!