Empieza el año (escolar) y vuelve la tarde más pesada forrando libros, tirando envoltorios, mirando lo que vamos a aprender…quinto de primaria, que vértigo! Menos mal que en unos meses volvemos a las plantillas, los colores y los trazos.
Y como todo principio de curso, yo también me forro. No económicamente, que más quisiera yo (por cierto, tengo un ático monísimo en venta), sino que me forro de buenos propósitos, como nos pasa a todos.
Este año no me he comprado ningún coleccionable (por ahora), pero buenos propósitos de septiembre sí tengo, y muchos. El primero y más importante, recuperarme por dentro y por fuera. Lo demás ni lo he redactado todavía en la lista imaginaria de cosas por hacer, aunque se sospechan. Ponerse metas a muy corto plazo es algo imprescindible en mi vida desde hace cuatro años, cuando la noticia de un cáncer de mama bilateral en un mes de junio partió mi futuro en dos, y se llevó por el camino todos los planes de aquel verano. Por eso, a corto plazo voy bien, me siento cómoda, y sobre todo feliz cuando voy cerrando objetivos y abriendo nuevos propósitos.
Largo plazo-0, Fany-1. Me gusta el resultado!
Sep15
Planes,objetivos,proyectos,ideas……y demas,yo casi estoy convencida de que no funcionan a largo plazo,piensas y piensas,y luego algo sale mal.Por tanto yo voto por tu plan,todo a corto plazo,despacito,planeando lo basico y fundamental.Besos.
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Los libros se forran para que no se estropeen,a ti no te voy a forrar ni te voy a dejar que lo hagas ya que perderías naturalidad y a mi me gusta mas el formato original.
Esta vez te toca frasecita para reflexionar :»solo se obtienen cosas nuevas cuando se hacen cosas nuevas».
Muac!!