Después de pasar la mañana en Talavera y la tarde en Brunete, toca el merecido descanso.
Estoy agotada, la verdad, así que me he ganado un buen vinito y una sesión de tele, mantita y sofá. Hay algo mejor un viernes noche?
Me hago mayor, lo se, porque muchos pensareis que una noche de copas y baile sería la mejor opción, pero la pereza que me da pensar en patear la calle con este frío me puede.
Mi dolor en el no-pecho se va pasando, pero mis brazos cada vez me dan más problemas. Se me duermen las manos a la menor mala postura, me duelen al segundo de coger cualquier bolsa, me pesan como trompas de elefante. Y con esto tengo que convivir ya para mi eternidad, y cada vez lo llevo peor. Sobre todo, el depender siempre de alguien para coger a la bebé.
Pero viene el fin de semana para descansar, disfrutar de mi familia a jornada completa y cargar pilas para una semana que se presenta tranquila de médicos y quehaceres, a ver si se nota en mi energía.
Hasta el domingo. Os deseo un fin de semana «soleado» aunque la niebla nos oculte sus rayos.