Hace ya algunos post os hablé de mi colorterapia particular: evitar vestir de negro, o/y cambiarlo por colores brillantes y chillones ayudaría a mi estado de ánimo.
Trabajo en un edificio bastante grande, sin ventanas (edificio inteligente lo llaman, me parto), pero con bastante luz natural menos en días como hoy, gris y lluvioso. Y, curiosamente, desde que me he incorporado tras la baja, me he dado cuenta que mis compañeros/as están «grises». Me explico. Siempre hablando en términos generales, tanto ellos como ellas visten de colores oscuros (marrones, pardos, negros, grises), como mucho, algún destello de color en algún bolso o algún pañuelo. Me los/as estoy imaginando, mirándose y con una sonrisilla de afirmación.
Pues me he propuesto poner un granito de arena para que eso cambie. Si os habéis cruzado conmigo, me habréis visto seguro. Verdes, fucsias, rojos….Y, si me lo permitís, os voy a pedir lo mismo, en la medida de vuestras posibilidades, claro, a cada uno/a de los que paráis vuestro mundo para leerme.
Estés donde estés, al abrir el armario por la mañana, añádele una prenda de color a tu modelito. Parece una tontería, pero te da alegría a la cara, te quita el tono «flexo» que tenemos, te hace destacar y, de paso, cada vez que te des cuenta que te están mirando, te acordarás de mí y mis tonterías, y eso seguro que te hace sonreir. Y una sonrisa mínima diaria vas a tener. No me digáis que no es un buen plan.
A partir de mañana no os voy a quitar ojo, y puedo llegar a ser muy pesada (literalmente). Yo que vosotros me haría caso.
Muchos besos. Pasad buena tarde
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