Limpieza

Estándar

Mi adorada mami ha estado casi una semana dejándome la casa al día. Vale, sí, estaba bastante dejada, pero desde que nació Carlota reconozco que limpiar en profundidad pasó a un escalón muy muy bajo en mi particular escalera de prioridades. Eso, sumado a mi movilidad limitada en los brazos, hace que la excusa suene casi perfecta…o no?

De todos modos, ya sabéis como son (somos) las madres con su obsesión por limpiar. Me ha costado un mundo que soltara el trapo.

A lo que iba, que me salgo del tema. Al limpiar, además de polvo, se remueven recuerdos. He visto fotos que hacía meses, incluso años, que no veía. Y he removido recuerdos que me han dado pellizcos muy dolorosos más allá de las cicatrices, tocando el alma.

Tenía un papi muy aficionado a la fotografía, y el legado que ha dejado en papel foto es inmenso. En especial, ha habido una que me ha abierto otra vez la herida, esa que nunca cerrará.

Fue en el bautizo de mi sobrina pequeña, me tiene agarrada, mirando a la cámara con esos ojos que lo decían todo, con esa media sonrisa que te desarmaba, orgulloso, feliz…y yo apoyo mi cabeza en su hombro, como tantas veces, con una sonrisa que no me cabe en la cara.
Todavía os lo cuento y se me vuelve a llenar la cara de lágrimas…todo lo que le he contado, con el berrinche, entre suspiros para poder coger aire y seguir llorando. Y contando. Aunque se que está al día, que lo sabe todo, pero me duele tanto que no lo vea, que Carlota le llame y él no conteste, que Berta se emocione cada vez que nos acordamos de él…

Sí, sigue siendo muy duro, aunque delante de la mami he sido la fuerte, el hombro donde llorar y la que decía en alto que nos ve, que esta ahí…aunque me parte el alma que físicamente no sea verdad.

Pero, como siempre, me quedo con el lado positivo de tanto remover armarios. Para que las novedades vengan, hay que tirar todo lo viejo. Y se ha cumplido, porque esta tarde vuelvo a tener visita inmobiliaria con una posible compradora.

Cruzad los dedos. Os leo!

Acerca de adioslolasadios

47 años en la actualidad, 33 cuando enfermé, madre de dos hijas, talaverana de nacimiento, madrileña "de las afueras" de adopción. He pasado por una oposición, dos divorcios, un accidente de tráfico, un cáncer bilateral de mama con 33 años , 8 sesiones de quimio, 33 de radio, una lipoestructura, que no lipoescultura, saber que tengo un gen pocho que me hacer ser paciente de alto riesgo, quitarme los ovarios y su menopausia prematura, unas cuantas biopsias, y en el 2011, una mastectomía bilateral y su posterior reconstrucción. Convivo con alguna secuela y me encanta sonreir. Vamos, que ya era hora que me desahogara, ¿que no?

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