Inspirada en la mía, reflejada en su forma de ser y hecha a su modo, hoy toca rendir homenaje a las mamis.
Yo me he autonombrado más de una vez miembro del CMM (club de las malas madres). Siempre ves en las demás detalles que tú no tienes, paciencia que necesitas o perfección que estás a años luz de alcanzar.
Pero hay que reconocer que levantarte medio ciega a las tres de la mañana por un pis, o una pesadilla tiene su mérito. Y soportar una rabieta y besar la cara posterior llena de mocos también.
La perfección no existe ni en las madres ni en los hijos. Pero si en algo coincidimos es en el besazo que les hemos plantado esta mañana cuando han venido con sus regalos inperfectos, los más decorativos.
Aquí tenéis los míos. Auténticas obras de arte.
A todas, las perfectas, las impacientes, las modernas, las clásicas, las que os tienen de los pelos y sobre todo las que sonríen desde el cielo, FELIZ DÍA.
Os leo!