Otro vistazo atrás para seguiros contando mi experiencia con la enfermedad.
Tras la operación y ocho días de ingreso, comenzaron las curas de los puntos a la semana. Tiraron de los puntos internos y se quedó herida abierta, ay, ay, que dolor! Apretones en una zona recién intervenida para drenar. Lo mío con los líquidos ya veis que viene de lejos.
Y primera consulta con oncología. Tras explicarme cómo va a ser el tratamiento, y con una batería de preguntas por nuestra parte, me pregunta si quiero empezar ese mismo día. -Por supuesto, así no me lo pienso-, fue mi respuesta. Así que adelante, al mundo de lo desconocido. Lo que tiene la quimio es ese halo de desconocimiento que la convierte en cruel, algo que te hace vomitar día y noche y no tener pelo. Tanta película es lo que nos muestra. Sobre todo, en mi caso, Susan Sarandon en Quédate a mi lado, fumando maría con unas ojeras de muerte. Y cómo es? Te lo bebes? Te lo inyectan? Duele cuando te lo ponen? Preguntas y preguntas que para mí ya tienen respuesta.
Tras unos análisis previos, fuimos al hospital de día. Allí te sientas en un confortable sillón, al lado de un dispensador con su ruidito característico, y primero inyectan una bolsa de suero para limpiar la vía, y luego, en mi caso, un líquido rojo empieza a caer hacia tu vena. Ciclo corto, aproximadamente de dos horas, en las que te da tiempo a analizar e imaginarte todos los casos que tienes alrededor. Yo me llevaba la Ds y el móvil, y Jaime se sentaba al lado a darme conversación y, sobre todo, apoyo moral. Entre los análisis y la sesión, visita al Galeón para un buen desayuno. Montadito de bacon y café bien cargado.
Las tres primeras bastante bien, un par de días revuelta, como el malestar de los primeros meses de embarazo, pero poco más. La cuarta digna de un capítulo para ella sola, la quinta mereció un ingreso, y las tres últimas sin malestar ni vómitos, pero arroyadoras físicamente.
El próximo día os las cuento más detalladamente, ahora voy a disfrutar del tobogán con mi princesa mientras la reina entrena en la piscina.
Sed buenos…o no, vosotros sabréis!
Oct3
Pingback: Mi primer chute | Adiós Lolas Adiós
No he llorado, que lo sepas.Me parece increible tu memoria . No tengo palabras, bueno si. ¡VALIENTE! Continua asi.
Jo!l!!lo que estas escribiendo lo estas haciendo tan bien y tan bonito que ;hombre ,no te voy a decir que m dan ganas de pasarlo pero haces ver que no fue tan horrible como fué.Sigue escribienfo así para que la gente conozca un testimonio real y cercano.Bueno me voy a ser….buenaaaa!!