Fin de semana relajante, divertido, instructivo…y vuelta a la dura realidad.

Se echa de menos por aquí a las enanas. Tanto silencio, la casa tan colocada, las horas que me sobran al día para INCLUSO leer…el ratito en que las oigo por teléfono me vitamina, pero poquito.

La incorporación al trabajo no está siendo dura, me lo estoy pasando bien, me encuentro adaptada…hablando de mí, claro. Mi nivel laboral es otra canción que aquí no os voy a cantar.

No llevo demasiado mal que me miren, siempre siempre en el mismo orden: primero los ojos, después las lolas, vuelta a los ojos. Es irremediable, pero es automático. Todo el mundo lo mismo, todos igual de apurados, me imagino que por intentar controlar no mirarme. Pero me pongo en su lugar, yo también lo haría inevitablemente.

Por eso, llevo todos los días mi sujetador mentiroso, para dejar libertad a la imaginación: unos pensarán que no se me nota, otros que qué bien me han dejado…..incluso, me han dicho que vaya cambio de look, porque llevas peluca, verdad?? Si tuviera que pararme con cada uno a dar explicaciones, me echarían, por eso mejor dejar que cada uno piense lo que mejor le venga, que mas da?

La intimidad que me deja este diario-blog es de lo mejor que tengo, y seguirá siendo todo lo mía que yo misma decida. Una parcelita siempre me reservaré. Por eso, al que pregunta, le cuento. A todos los demás, la mejor de mis sonrisas y mi agradecimiento al piropo del momento, aunque sea duro pensar que todavía no me las han dejado bien, o que éste es el pelo que se me ha quedado tras los tratamientos.

Ya os dejo, que hoy toca tarde de cuidados personales. A ver si mejoro algo mi pelo 😉