Viernes Santo. Capiruchos, tambores, Nazarenos, Cruces y lluvia. Triste, triste y triste.
Aunque me he reído mucho y muy alto para alejar fantasmas, con tanta ocurrencia de las más pequeñas de la familia (Paloma, a estudiar; Marta, mañana comida guay 😉
Y por fin ya estamos todos juntos. Cuánto abrazo de oso, cuanto besito y cuanto besazo. Así da gusto volver. Aunque la vuelta suponga de nuevo notar el vacío del abuelo.
Hoy os dejo pronto, que hace mucho frío y me duele mucho el estómago. Voy a «culturear» un poco viendo las procesiones talaveranas, si el diluvio que cae ahora mismo nos deja.
Que terminéis bien esta santa semana. Os quiero a todos de vuelta el domingo.
Te sigo y sigo estando aquí. Un beso.