Hola de nuevo.
Hoy voy a intentar explicaros una nueva sensación que experimenté ayer.
Os introduzco en la situación: Arroyomolinos, siete de la tarde, terraza, refresco y fresquito, por no decir frío.
Cualquier mujer, cuando tiene frío, sufre una reacción automática en el pecho: el pezón se pone duro y en algunos casos incluso duele, algo que se pasa en el momento y no tiene la mayor importancia.
Pues bien, en mi caso todavía no existe pezón, pero sí la sensación del frío y la contracción de la musculatura, por lo que creo que incluso se me movieron los expansores.
La primera vez fue curioso, casi como la primera vez que el feto se mueve dentro de tí en el embarazo. No sabes muy bien qué está pasando.
Pero cuando sucede más veces, ya sí eres consciente de lo que ocurre, y en mi caso, es algo desagradable, aunque no doloroso.
Tras la operación, mi no-pecho se ha rellenado con algo de musculatura dorsal, además de los expansores, por lo que se debe contraer con el frío, sensación que no notaba desde hace muchos meses.
No dejo de experimentar cosas nuevas con mis lolas, parece increíble!
Con respecto a mi rutina, todo sigue igual. La integración al nuevo cole ha sido muy buena, y de nuevo han comenzado las horas de entreno en el agua.
Yo voy a empezar a caminar por las tardes, ya que el resto de deportes no son compatibles con mis brazos o con mi monedero. Andar es sano y muy barato. Vamos a ver cuánto me dura el nuevo objetivo, porque algo vaga soy, tengo que ser sincera.
Ya os dejo. Abrigaos, que el otoño ha venido con aires gélidos.
Os leo!
Muy buena decisiòn lo de «andar». Eso sí,tomatelò como un deporte diario y llegarà a ser una rutina en tu vida q echarás en falta cuando no la practiques. Te lo digo de buena tinta. Es Tú momento. Comienza y no lo dejes.Besos