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De nuevo cuatro

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Feliz como una perdiz. Así me despierto el domingo de Resurreción.

A mi izquierda, con 9 kilos de peso, y una sonrisa perpetua: Carlota.
Un poco mas a mi izquierda, en su habitacion, con treintaytantos kilos de peso y casi mas alta que yo: Berta
Y ahora vosotros, el público, aplaudís entusiasmados.

Efectivamente, ya estoy de vuelta. Y ellas conmigo. Y debe ser que en esta familia echamos de menos nuestras camas, porque siguen dormidas y sin ningún tipo de interrupción nocturna.

Envidia. Yo me he pasado toda la noche increpada por un tibunal por llegar tarde al trabajo. Horroroso! Tan real que sigo con la sensación de agobio por correr y no llegar. No hay noche que no vaya a mi cine particular, ese especializado en películas de terror y suspense. En mi próxima visita a la psiquiatra tengo que recordar comentarlo con ella. Ojalá sea porque así elimino a los malos espíritus durante la noche para que los días sean buenos.

Y poco más os cuento hoy. Que me vine ayer con muy buenas sensaciones talaveranas, porque el sufrimiento se empieza a convertir en rabia y orgullo, y eso por aquellas tierras es pelín necesario en estos momentos.

Que disfruteis del final de las vacacionea como se merecen, y repartáis muchos huevos de pascua. Yo ya lo hice ayer por logística «kilometril».

Psicotrópicos

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Han vuelto las pesadillas. Casi reales, terribles, dramáticas y muy, muy crueles. Desde enfermedades degenerativas en mis niñas, hasta partos traumáticos, pasando por vueltas al pasado, tiempo que corre y yo sin avanzar…una angustia constante, con la suerte de poder despertar.

Y lo curioso es que duermo y duermo y sigo teniendo sueño, esa sensación de tener arena en los ojos y pesadez en los párpados.

Efectos secundarios de la medicación, imagino. Ya son muchos meses bajo los psicotrópicos y empiezan a acusarse las paranoias, digo yo.

Por lo demás, días de primavera anticipada como dice la canción, mucho sol que alimenta el ánimo, aunque me temo que también alimenta mi urticaria. Al final me han remitido al alergólogo, un especialista más añadido a mi expediente. Todo el cuerpo lleno de ronchones que no se van, y pican y pican, sobre todo por la noche. Nada que una buena ducha no pueda aliviar.

Os dejo, que voy a sacar el bizcocho del horno. Y no, no es otra metáfora de las mías, es real. Estáis invitados.

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Pesadillas

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Llevo unos días teniendo unas pesadillas horribles, se supone que efecto secundario de la medicación, pero muy desagradables y reales. Aunque, ironías de la vida, lo bueno de las pesadillas son el despertar, darte cuenta, tras el desasosiego, que todo era mentira, todo está bien, no ha pasado nada.
En la vida he tenido más de un momento en el que he deseado que lo que estaba pasando fuera una pesadilla, me imagino que a vosotros también os habrá pasado.
Qué curioso, ahora que todo parece estar controlado, que no hay pesadillas reales, llegan las nocturnas. Por qué será? Me encantaría saber interpretarlas, porque con lo reales y crueles que son, ya pueden y deben ser buenos augurios, porque si son malos ya me puedo ir preparando.
Por lo demás todo sigue tranquilo, no ha venido el cartero con ninguna noticia, hay un punto azul que sigue acechando, el otro ha salido como si fuera una costra, y desde ayer ando revuelta, y desde esta tarde, Jaime también. Algún virus nos acompaña, esperemos que se vaya pronto con viento fresco y no coja a las enanas.
Feliz fin de semana para todos, y muchas felicidades a las cumpleañeras.