En retroceso, como la economía. Exactamente es como me encuentro.
Para que no os liéis, deciros que ayer fue el segundo cumpleaños de mi pequeñita, y de ahí ha partido mi vuelta atrás.
Cómo poner buena cara cuando estás echando de menos un timbrazo y su «muchachita», su abrazo, la carrera de mi pequeña hacia él…
No le dió tiempo a disfrutar ninguno de sus dos cumpleaños. El primero, porque ya estaba malito, recién dado de alta y muy flojo, y en éste seguro que estuvo, pero desde su sofá de nubes, sin su cámara, sin tocarle.
Por eso he vuelto atrás, porque las últimas semanas han sido trepidantes, sin descanso, y las velas me han devuelto de golpe a la realidad, al trocito vacío de corazón.
Paso a paso, mejor no dar por cerrados los capítulos, verdad? La realidad los supera a todos, para qué correr.
Y volviendo a mis lolas, mañana toca relleno, como a los pavos en Navidad. Deseando después de 17 días que se me han hecho eternos, todo hay que decirlo.
Mañana volvemos a la tirantez de dos lolas enormes, juntitas y a punto de explotar.
Os contaré los resultados el próximo día.
Os leo!