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380 cc

Estándar

380 cc. Esta es la cantidad que llevo en cada lola.

Hoy sí que he notado el relleno. No por presión, porque no duele nada, sino por tamaño. Ya sí tienen una forma más redondeada, no tan anchas; ya sí que sí forman un canalillo espectacular. Tanto, que me estoy planteando empezar a lucirlo. Me muero de ganas!

He salido feliz de la consulta. Hoy no había líquido en la espalda, por lo que me he ahorrado dos extracciones algo desagradables.
Por cierto, ya voy y vengo sin ayuda del gps. Me aplaudo cuando se que no me he equivocado. Los compañeros de vía deben pensar que una loca anda suelta por los túneles de la M-30. Pero siempre me acuerdo de papá, no puedo evitarlo. Porque se que estaría muy orgulloso. Mucho.

Y hemos terminado la jornada de médicos con la revisión de los 11 años. Ya ha pasado de 1’50, que barbaridad! En nada nos mirará a todos por encima del hombro.
Mi niña grande. Cuántos cambios nos trae este comienzo de curso!

Os dejo, que hay que descansar para un miércoles intenso.

Os leo!

Tensión

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Tengo una tensión inmensa, físicamente hablando. Me han vuelto a rellenar, 80cc en cada lola, y las tengo a punto de reventar. No duele, por suerte, sólo es la sensación. Eso sí, el canalillo empieza a ser digno de mirar, estoy encantada, pero todavía no puedo enseñároslo, por dos motivos: el primero, proteger del sol las quemaduras que me provocaron los electrodos del quirófano, y el segundo, la sensación de seguridad que me da el sujetador bien apretadito y abrochado hasta arriba.
Pero que nadie sufra. Siempre he sido generosa con las vistas, y volveré a serlo, ahora con mucha más razón.

Todo lo demás sigue a su ritmo. Tengo una ayudante de excepción estos días conmigo. La mujer que me ha enseñado todo lo que se (aunque las lecciones de limpieza no las tuve mucho en cuenta, jeje). Compartiendo trapos (pocos), conversaciones y recuerdos (muchos), y viendo asomar la sonrisa cada vez que habla de sus niñas, grandes y pequeñas.

Las mías siguen cada una en su destino veraniego, y yo deseando tenerlas a mi alrededor. A la pequeña ya la sentí el martes gracias a su tía y la poca pereza para complacernos y coger el coche, y a la mayor ya sólo me queda una semana para que me atrone los oídos con sus aventuras.

Mientras tanto, sigo muy tranquila, enganchada a la lectura de Juego de Tronos y a los paseos con Zeta.

Disfrutad del fin de semana. Os leo!