Archivo de la categoría: Diario personal

La otra Navidad

Estándar
La otra Navidad

Bueno, bueno, bueno, cuanto tiempo sin escribiros. ¿Nos ponemos al día?

Lo primero de todo, perdón por desaparecer así de golpe. No ha pasado nada importante, pero han pasado muchas cosas. En estos meses hemos sido una persona más en casa (I love you, Bella), me operaron del túnel carpiano y he estado unas semanas de baja y, sobre todo, lo que me ha quitado más tiempo, es una prueba en Bruselas para trabajar como funcionaria internacional.

IMG_1462.jpeg

Mis cachorras con Bella, nuestra estudiante australiana de intercambio

6cc2dd00-3cac-41b8-9b91-c78a43aa091c

La ya tradicional foto post-quirófano

IMG_1878

La Grand Place de Bruselas inundada de espíritu navideño

Ahora ya ha pasado todo, la prueba de Bruselas ha terminado con muy buenas sensaciones, con la determinación que necesitaba para darme cuenta que no necesito nada ni a nadie para comerme el mundo yo solita, que puedo, y que el futuro puede ser muy interesante, mi mano está totalmente recuperada de la operación, aunque el brazo izquierdo se ha resentido de estar presionado los 15 minutos de la cirugía y comienzo con masajes linfáticos para prevenir un futuro linfedema, mis cachorras han terminado un primer trimestre algo duro, sobre todo para la futura universitaria (maldito 2º de Bachillerato), y he ampliado mis consultas con la enfermera de mi centro de salud, una buenísima idea. Me está enseñando a comer mejor, y a llevar una vida más sana en general.

Y ahora que ya nos hemos puesto al día, os cuento por qué el post de hoy se llama La otra Navidad.

Si tenéis twitter, podéis seguir el hashtag #LaotraNavidad. Os vais a encontrar con una realidad paralela que, muchas veces, no nos apetecerá leer, pero que existe.

En mi caso, en el de mi familia, #LaotraNavidad la vivimos desde hace siete años, cuando el puñetero bicho se llevó a mi padre un mes antes de las celebraciones llenas de purpurina y sueños. Ya íbamos tres de los nueve miembros tocadas, con alguna cicatriz que otra, y con el corazón partido nos volvimos a reunir, esta vez alrededor de la silla vacía, recordando que el cáncer mata, que nosotras somos unas afortunadas con una genética sorprendente para muchos médicos, pero justo el dueño del 50% de nuestra genética no consiguió superar el primer round.

Efectivamente, desde mi primer paso por quirófano para «matar» a un cáncer bilateral, mi Navidad es otra. Pero, curiosamente, no todo es malo.

He aprendido a disfrutar de cada gesto, de cada mirada de ilusión ante cada carroza de la Cabalgata, de cada apretón de manos cuando las manadas de gente en Sol hacen que mi rubia se sienta agobiada, a recordar cómo los Reyes fueron capaces de subir un perro por la terraza del ático para mi morena, a achuchar a la mamma un poco más estos días, a saborear cada caña pepinera rodeada de gente sonriente que me mantiene la sonrisa difícil de estos días.

La otra Navidad existe, pero depende de nosotros transformarla en algo bonito dentro de nuestras posibilidades. No dejo de pensar en dos amigas (os quiero Natalia y Paloma) que tendrán este año más que nunca una Navidad difícil, pero seguro que saben darle la vuelta y encontrar su motivo para sonreír.

Os dejo con deberes para estas vacaciones, como a los niños: disfrutad de todos y cada uno de los que se sienten en vuestra mesa, aunque sea la cuñada listilla o el primo monguer, porque, si esa silla estuviera vacía, seguro que alguien no estaría feliz.

Feliz Navidad, pandilla. ¡Os leo!

El club de las Supervivientes

Estándar
El club de las Supervivientes

Después de unos meses de rodaje para ver si había interés, ya os puedo presentar a mi nueva amiga: una cuenta de Instagram, EL CLUB DE LAS SUPERVIVIENTES, hecha por, para y entre nosotras.

Mente inquieta que soy, y viendo que todo es color de rosa (virgencita virgencita) en mi mundo últimamente, he decidido subirme al carro de las nuevas tecnologías para compartir trucos, enseñaros descubrimientos, «abaratar» el cáncer de mama y sus abusos asociados. Vale todo lo que pueda servirnos para hacer más dulce el tratamiento, el postoperatorio, la quimio, la radio, y, sobre todo, la superviviencia. Porque nadie nos cuenta cómo se te queda la piel después de los tratamientos, o cómo combatir esos kilos de más que no se quieren ir, o dónde encontrar sustitutos a los productos de marca que nos puedan aliviar el cuerpo y el bolsillo.

El punto de partida ha sido ese, hacer de la experiencia un grado. Pero El Club de las Supervivientes nace colaborativo. Mi cuenta soñada tiene trucos, descubrimientos, chollos. Y todo eso yo solita no puedo. Y ahí entras tú. Con tu experiencia personal como paciente, familiar, amigo o cotilla. Sois todas/os bienvenidas/os.

Si no tienes Instagram, podrás ver las fotos aquí mismo, en el lado derecho, pero hoy en día te recomiendo hacerte una cuenta, aunque sólo sigas a una persona y lo tengas en privado. Mirar es gratis y enseña mucho.

Si te lanzas conmigo, menciona en tu publicación a @elclubdelassupervivientes y lo compartiré para que todas/os nos aprovechemos de tu experiencia.

Nos vemos por las redes.

¡Os leo!


After a few months of shooting to see if there was interest, I can now introduce you to my new friend: an Instagram account, THE SURVIVOR’S CLUB, made by, for and between us.

Restless mind that I am, and seeing that everything is pink (cross the fingers) in my world lately, I have decided to get on the bandwagon of new technologies to share tricks, teach you discoveries, «cheapen» breast cancer and its associated abuses. All that can be used to make treatment, postoperative, chemo, radio, and, above all, survival is worthwhile. Because nobody tells us how your skin stays after the treatments, or how to fight those extra kilos that do not want to go, or where to find substitutes for brand-name products that can relieve our body and pocket.

The starting point has been that, to make the experience a grade. But The Survivors Club is born collaborative. My dream account has tricks, discoveries, bargains. And all that alone I can not. And there you go. With your personal experience as a patient, family member, friend or gossip. You are all welcome.

If you do not have Instagram, you can see the photos right here, on the right side, but today I recommend you make an account, even if you only follow one person and have it in private. Watching is free and teaches a lot.

If you throw with me, mention in your post to @elclubdelassupervivientes and I will share it so that we all take advantage of your experience.

See you on the networks. I read you!

Grito de alegría (por fin)

Estándar

Que nada ni nadie me estropee este momento. Dulce, bonito, con buenas noticias.

Que nada ni nadie me diga que el bicho no está controlado, que va todo bien, que las revisiones siguen pasando con nota, que mi salud mental progresa adecuadamente, que mi túnel carpiano tiene fácil arreglo. Que en casa entren medicinas para la alergia o los catarros, nada que dure más de algunos días.

Que nada ni nadie me niegue que lo estoy haciendo muy bien con mis cachorras, que la mayor tiene en sus dedos superar con éxito un año de muchos cambios, y la pequeña consigue anteponer sus bailes a sus líos en esa cabecita demasiado llena de cosas de adultos.

Que nada ni nadie se atreva a cuestionar que mi neurona ha despertado más potente que nunca, que cualquier examen que se ponga bajo mi boli soy capaz de superarlo, que da igual el idioma o las cifras, que puedo porque quiero y porque me lo debo.

Que nada ni nadie venga a sacarme de mi mundo confortable, que huele a limpio, ordenado, pacífico, lleno de familia que me quiere, de amigos que me quieren, de gente que me valora, me aprecia, y me devuelve un poquito de lo que llevo sembrado.

Quizá parezca altanería, pero no es más que orgullo. Han sido unos años extremadamente duros que ya merecían un poquito de compensación. No pido mucho más, estoy feliz en mi mundo estable, de rutinas, de falta de aventuras o imprevistos. Me encuentro bien, me ven bien, mi reflejo es, más que nunca, mío. Y endulzarme los oídos con todo esto que os cuento ha sido el detonante de mi grito de alegría.

Mi salud mental está en tan buen momento que me han dado el alta (en salud mental nunca es definitivo, pero para mí es un avance gigante), y mi doctora me regaló muchos piropos que, por una vez, acepto con muchas ganas, porque tengo que quererme más, tengo que creérmelo más, y me lo merezco. Chimpúm 😉

Y vosotras/os ya estáis haciendo lo mismo. Arriba esa autoestima, cualquier pozo negro tiene al final una salida, y os aseguro que, cuando la encontréis, no vais a parar de sonreír.

¡Os leo!

 

 


Now in english. 

Let nothing or nobody spoil this moment. Sweet, pretty, with good news.

Let nothing and nobody tell me that «the bug» is not controlled, that everything is fine, that the revisions continue to pass with a good note, that my mental health progresses properly, that my carpal tunnel is easily fixed. That at home medicines for allergies or colds, anything that lasts more than a few days.

That nothing and no one denies me that I am doing very well with my puppies, that the older one has in her fingers to successfully overcome a year of many changes, and the little one manages to put her funky dances before her messes in that little head too full of things of adults.

That nothing and nobody dares to question that my neuron has awakened more powerful than ever, that any test that is put under my pen I am able to overcome it, that it does not matter the language or the numbers, that I can because I want and because I owe it to me .

Nothing and nobody comes to take me out of my comfortable world, that smells clean, orderly, peaceful, full of family that loves me, of friends who love me, of people who value me, appreciate me, and give me back a little bit of what that I have planted.

Maybe it looks like arrogance, but it’s just pride. They have been extremely hard years that already deserved a little compensation. I do not ask for much more, I am happy in my stable world, of routines, lack of adventures or unforeseen events. I feel good, they see me well, my reflection is, more than ever, mine. And sweeten my ears with all this that I tell you has been the trigger of my cry of joy.

My mental health is in such a good moment that I have been discharged (in mental health it is never definitive, but for me it is a giant advance), and my doctor gave me many compliments that, for once, I accept with great enthusiasm, because I have to love myself more, I have to believe it more, and I deserve it. Chimpúm 😉

And you are already doing the same. Above that self-esteem, any black hole has an exit at the end, and I assure you, when you find it, you will not stop smiling.

I read you!

SORRY FOR THE MISTAKES. MY ENGLISH IS STILL NOT VERY GOOD, SO I USE A TRASLATOR