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Calas

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Al habla la reportera más dicharachera, recién llegada de unas estupendas vacaciones en Alcocéber, provincia de Castellón.

En cuatro horas parando lo hicimos, eso sí, peajes incluídos.

Nos alojamos pegados al Parque Natural de la Sierra de Irta, impresionante, y lleno de caminos que desembocan en sorprendente calas casi vírgenes de las que estuvimos en tres.

Cala Aguinaga
Preciosa, arena blanca formada por conchitas trituradas, también piedras, y cuevas fresquitas donde esconderte a guardar vistas y recuerdos en tu retina. Estuvimos solos, y accedimos por la pista forestal que, en un tramo pequeño, nos hizo ir con mucho cuidado y despacito, pero mereció la pena. Os dejo foto.

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Otra fue la Cala Mundina
Junto al faro, sin arena, sólo piedras, pero preciosa. Limpia, tranquila, casi vacía, y nos hemos venido sin ver el lago que forman las cuevas. En la próxima visita no faltará. Fotito

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Y «nuestra cala», Cala Blanca
La teníamos al lado. Super tranquila, con arena y piedras, limpia, divertida para bucear y encontrar peces juguetones. Ay, lo que la voy a echar de menos!. Ahí va la foto.

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Os dejo. El próximo día os hablo de playas y garitos, por si en algún momento os sirve de algo.

Os leo!

Granos de arena

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Rodeada de granos de arena, imaginando que cada uno de ellos cuenta la historia de alguien que ha estado antes aquí.

Historias «truculentas», sensuales, familiares, simples, tortuosas, llenas de lágrimas, somnolientas…así es imposible aburrirse en la playa, os lo aseguro. Y luego pasa lo que pasa, que llega la noche y las pesadillas abarcan desde las monjas de mi cole y las canciones vocacionales, hasta gruas que se llevan mi coche mientras un circo atraviesa la ciudad. Sí, no os preocupéis, tengo cita en agosto con la psiquiatra 😉

Algunas historias se las lleva el viento, otras acabarán destrozadas tras la tormenta, muchas tostadas por el sol. La vida nos hace llenar la playa de arena. Y mi playa ahora mismo está llena de un atardecer precioso, cubos, rastrillos, snorkels y arena, mucha arena para poder seguir escribiendo historias.

Os dejo. El próximo día me convierto en bloguera de moda y os recomiendo lugares a descubrir por aquí. Mientras, voy a seguir investigando sitios interesantes para contarlo con conocimiento.

Os leo!

Sin lolas y a lo loco

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Situación: tumbona, en la retirada del sol, relajada viendo a una de las enanas bañarse, la otra ha preferido los brazos del papi y unas patatas fritas.
Divino tesoro las vacaciones, y bendito anonimato.

El primer día intenté ponerme las prótesis para bajar a bañarme, pero estuve todo el rato colocándome, preocupada porque se veía la cicatriz, aguantando el peso…y os podéis imaginar el baño. Eso no era ni disfrutar ni nada parecido.

Resolución: aquí no me conoce nadie, no tengo que preocuparme si me miran, no me apetece tener que estar protegiendo la vista de los demás.

Consecuencia: estoy disfrutando de mi libertad, sin disimular ante nadie los devastadores efectos de la enfermedad, mostrando cicatrices que sin hablar, lo dicen todo.

Efecto: miradas, mezcla de lástima y admiración, susurros, curiosamente, miradas a sus propios pechos e imagino que agradecimiento por tenerlos, y sonrisas. Miran lo bien que estamos los cuatro, tan tranquilos, tan divertidos, tan felices, y sonríen por la lección aprendida.

Enseñanza: tenía que haberlo decidido antes. Si yo me acepto, es mucho más fácil para los demás aceptarme. No tengo nada de lo que avergonzarme, no lo he buscado yo. Estoy viva, sana y descubiendo calas preciosas escondidas en un parque natural. Y, para colmo, dentro de muy poco, camuflaré el horror gracias a los avances médicos. Se puede pedir más? Definitivamente, en este momento, no.

El sol me llama para despedirse. Voy corriendo a decirle adiós.

Os leo!